Participamos en la European Maker Week en Deusto

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Participamos en la mesa redonda:»El futuro de la educación STEAM: Decodificamos el ADN Maker«, dentro de las actividades de la European Maker Week, gracias a Tecnalia y a la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Deusto.

La cultura maker requiere de espacios abiertos de innovación, informales, que favorezcan la creatividad, el intercambio, la flexibilidad. La nueva economía va por ahí. Las personas son más felices trabajando así. Y la formación reglada debería orientarse a este escenario, y no al revés.

En síntesis, creemos que algunas de las grandes aportaciones del ADN Maker son:

La subversión. 1) la cultura maker supone consumo responsable (y hoy en día debemos ser Homo Consumus, consumir es de patriotas, no consumir  hunde la economía…) y 2) la cultura maker se carga parte de esa cadena -llamada de valor- que genera economía para los intermediarios.

La transdisciplinariedad. Un maker tiene algo de químico, ingeniero, sociólogo, ebanista, desarrollador, diseñador… y su gran riqueza viene precisamente de la mezcla de disciplinas, pero no en plan «multi» sino en plan «trans», empapándose bien unas de otras.

La colaboración. Ni se nace ni se forma en todas las disciplinas, por muy autodidacta que se sea. La riqueza la dan los conocimientos de los demás, sus habilidades y, sobre todo, sus otras miradas. Las mezclas improbables son la gasolina del futuro cercano.

El objeto. El científico loco hace lo que hace porque «puede» hacerlo. El maker se pregunta para qué, busca un objetivo, trabaja por proyectos. Aquí lo ideal es orientarse hacia necesidades de las personas. Lo social y lo humano deben acompañar a lo tecnológico. Fin de la dicotomía, por favor.